miércoles, 30 de marzo de 2011

VIERNES SANTO

VIERNES SANTO
El Viernes Santo es una de las principales celebraciones del catolicismo. Este día se conmemora la Muerte de Jesús de Nazaret.
La Semana Santa llega a uno de sus días más trascendentales, en el que son numerosas las manifestaciones tradicionales de devoción popular por parte de los católicos.
En muchos lugares se conmemora el Viernes Santo con el rezo del Vía crucis.


¿Qué se conmemora el Viernes Santo?

Volvemos a vivir con Jesús su Pasión: la aprehensión, interrogatorios, flagelación, coronación de espinas y la crucifixión.

Este día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: su aprehensión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión.

En aquel entonces, la crucifixión era la ejecución más cruel y degradante que se conocía. Un ciudadano romano no podía ser crucificado. La muerte sobrevenía después de una larga agonía.

Jesús en la cruz, con un sufrimiento físico y moral muy grande, fue capaz de perdonar a los que lo ofendieron.


Las “siete palabras" de Jesús son el testamento que nos deja al morir y emprender su partida al Padre:
• Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
• En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.
• Mujer ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu Madre.
• Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
• ¡Tengo sed!
• Todo está cumplido.
• Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Desde la cruz, Jesús nos termina de dar su mensaje de amor y salvación dejándonos a su Madre y enseñándonos a perseverar hasta el final. El sacrificio de la cruz se vuelve a vivir en cada Eucaristía, por medio de ella, Jesús sigue vivo y permanece con nosotros.

El Viernes Santo lo conmemoramos con un Via Crucis solemne y con la ceremonia de la Celebración de la Pasión del Señor en la que se hace la adoración de la cruz.

El Triduo pascual:

Se llama triduo pascual a los tres días formados por viernes, sábado y domingo.

Por la mañana del viernes de la Semana Santa, se realizó el juicio de Cristo.

Los jefes del pueblo lo presentaron a Pilato, y éste, después de mandarlo azotar, lo condenó a morir crucificado.

Después de caminar por la “Calle de la amargura”, Jesús salió de la Ciudad y llegó hasta el monte llamado Gólgota, Gabattá, Monte de la Calavera o Calvario, llamado así por ser lugar de suplicio.

Jesús fue crucificado hacia las 12 del día y permaneció en el suplicio hasta las 3 de la tarde, hora en que murió.

José de Arimatea hizo los trámites para obtener el permiso de bajar el cuerpo de Jesús. Con la ayuda de Nicodemo, el apóstol San Juan y algunas otras personas cercanas condujeron al sepulcro, un poco antes del atardecer, el cuerpo de Cristo.

Según las normas judías de la Pascua, estaba prohibido “trabajar” el viernes cuando el sol se ocultaba y daba inicio el sábado, día santo para los judíos.

Por esta razón las santas mujeres (María la madre de Cristo, María la de Cleofás, María Magdalena y las otras mujeres que les acompañaban) no tuvieron tiempo para embalsamar el cuerpo de Jesús.

Tuvieron que esperar hasta las primeras horas del domingo para regresar con los bálsamos de mirra al sepulcro.

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