martes, 22 de marzo de 2011

ORACIÓN DE CUARESMA CON PROFESORES



LECTURA ORANTE DEL EVANGELIO: MATEO 17,1-9

MONICION DE ENTRADA:
“Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo” (Mt 17,5)
Pedro, Santiago y Juan habían escuchado el anuncio de la pasión y muerte de Jesús y se habían desmoronado. Ahora necesitan un consuelo, una luz, una esperanza. Jesús tiene el detalle de llevarlos al monte para que vean la luz. En tu caminar como cristiano/a, ¿no necesitarás también una presencia alentadora, una experiencia de ánimo para seguir, una alegría que ponga aceite en todas tus heridas?
Hoy te ofrece Jesús un día de gracia. Vete con Él al monte. Contempla su rostro, escucha su voz, deja que te toque con su amor, que te muestre su belleza. Con Él puedes pasar de los cálculos egoístas al amor, de la indiferencia a la fraternidad, de la rutina a la novedad. Escucha la voz del Padre que habla desde la nube. ¡Con qué amor habla de su Hijo! Atrévete a creer que las palabras que dice a Jesús te las dice también a ti: “Tú eres mi hijo/a, mi amado/a, mi pre dilecto/a.
Cada día me mandas al alma tu sonrisa, con tambores y danzas cantaré, para ti, tocaré, Dios mío, desde mi fragilidad te llamaré Padre mío.

CANTO:(02)

“Ayúdame a mirar con amor,
A ver las cosas como Tú las ves,
Ayúdame a mirar con amor,
a descubrirte en el silencio”


HIMNO (a dos coros)

Libra mis ojos de la muerte;
dales la luz que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.
Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva;
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.
Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.

Guarda mi fe del enemigo
(¡tantos me dicen que estás muerto!)
Tú que conoces el desierto,
dame tu mano y ven conmigo.

SALMO RESPONSORIAL
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.

Canto: (10)
“Crea en mi oh Dios,
Un corazón puro.
Renueva en mí un espíritu recto,
Crea en mi oh Dios,
Un corazón puro,
Renueva en mí un espíritu recto.
Y no me arrojes de tu presencia,
Y no apartes de mí tu Espíritu Santo.
Devuélveme el gozo de tu salvación.
Crea en mi un espíritu recto”.


CÁNTICO: El Dios salvador (a dos coros)



Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante El por el amor.

El nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.


EVANGELIO
Su rostro resplandecía como el sol
Lectura del santo evangelio según san Mateo 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta.
Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:
-«Señor, ¡qué bien se está aquí! Sí quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:
-«Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.»
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: -«Levantaos, no temáis.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»

Palabra del Señor.

VIDEO Reflexión.

ORACION FINAL
SEÑOR, TU TE HAS TRANSFIGURADO,
HAS ENSEÑADO A TUS DISCÍPULOS
QUE AL FINAL DEL CAMINO NO ES LA MUERTE;
QUE AL FINAL RESUCITARÁS.
YO SÉ QUE EL CAMNIO ES DIFÍCIL,
PERO AL FINAL SERÁ LA FELICIDAD.
COMO LOS DISCÍPULOS EN EL MONTE TABOR,
YO TAMBIÉN OIGO LA VOZ DEL PADRE DIOS
QUE ME INVITA A AMARTE Y ESCUCHARTE.
¡SEÑOR, TU ERES LA VERDAD!
¡SEÑOR, TU ERES EL CAMINO Y LA VIDA!
AYÚDAME A ESTAR SIEMPRE JUNTO A TI. AMÉN.





DESIERTO, LUGAR DE ENCUENTRO CON DIOS.

Estos granos de arena nos hablan:
De la sencillez y la humildad necesarias para aceptarnos a nosotros mismos tal cual somos.
Del valor y la fortaleza necesarias que nos ofrece Dios en esta cuaresma para que se transformen en cimiento sólido.
De la necesidad de contar con el hermano/a que tenemos junto a nosotros, porque por nosotros solos no tiene sentido nuestra vida.
De la grandeza que obra Dios en nosotros demostrando que no hay amor más grande que el de su Hijo Jesús que dio su vida por nosotros.
ARENA DEL DESIERTO, SIGNO DE QUERER CAMINAR A SU ENCUENTRO.

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